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Sombras Urbanas no es el primer juego que cuenta este tipo de historias —relatos de ciudades y de los monstruos que las habitan—; también puedes encontrarlas en taquillazos de cine, series de televisión y novelas cutres de bolsillo que se pueden comprar en cualquier hipermercado. Sorprenden y deleitan al público con la promesa de algo oscuro y provocador, un vistazo entre los depravados colmillos del monstruoso deseo.
Y, sin embargo, para lo subversivos que se supone que son, resultan ser increíblemente normativos. Una chica que caza vampiros que se convence de que el chico vampiro no es tan malo. Un mago que vive en los límites de la sociedad que se da cuenta de que sus amigos son una especie de familia. Un licántropo que consigue dominar por fin a su bestia al enamorarse de la mujer adecuada. Demonios que caen muertos a manos de los justos; inocentes que escapan a un terrible destino. Lo de siempre.
Casi todas estas historias (que empapelan las carteleras y se venden al por mayor) tratan sobre gente de raza blanca. ¿No es raro? Sobre todo teniendo en cuenta que la fantasía urbana, como género, versa sobre una parte de la sociedad humana (los entornos urbanos densos) saturada de diversidad. La cultura de nuestras ciudades no pertenece a las normas; es producto de activistas homosexuales, raperos y grafiteros, feministas de toda raza y credo, e inmigrantes de todas partes del globo. La historia de las ciudades es justo la historia de ese tipo de personas. Los raros. Los soñadores. Los diferentes.
Las divisiones que separan los grupos sociales de Sombras Urbanas son una metáfora de este tipo de contenido. Vuestros personajes viven en la intersección de distintas identidades, tanto mortales como sobrenaturales, y tienen que batallar con el significado que le dan a cada una de ellas. Algunas de esas identidades se alinean en Facciones (Mortalidad, Noche, Poder, Velo), divisiones dentro de la ciudad que trazan líneas invisibles entre los distintos grupos sociales; otras son tan «normales» como la raza, el género o la orientación sexual.
Aquí tienes algunas ideas para dar prioridad a este tipo de contenido en vuestra historia:
No os preocupéis si vuestros personajes son demasiado diferentes unos de otros: las mecánicas de Sombras Urbanas los empujarán constantemente a reunirse. Tendréis Deudas con miembros de otras Facciones (razones por las que tendréis que cruzar fronteras para lidiar con los problemas de vuestros compañeros) y relaciones que desafíen las costumbres de vuestra tribu, mortal o sobrenatural. Conforme vaya avanzando la partida, también desarrollaréis lealtades que os harán cuestionaros los límites de vuestra identidad.
Podréis incluso uniros a una comunidad completamente diferente a la que tuvierais al principio.
Pero las mecánicas del juego también os recordarán que no sois iguales. Hay diferencias entre vampiros y magos, fantasmas y oráculos, cazadores y hadas. Diferencias que no son tan fáciles de superar. Viejas rencillas. Viejos odios. Viejos miedos. Historia.
Y en eso es en lo que consisten las ciudades: diferencias y límites, diversidad y exclusión. Todas las comunidades son completamente independientes, pero necesitan desesperadamente lo que las demás tienen que ofrecer. Caos en las fronteras. Las ciudades son el tira y afloja del progreso, caóticas y violentas donde menos problemas esperas, bellas y conmovedoras en los lugares más oscuros. Este es el mundo que vuestros personajes explorarán juntos cuando juguéis a Sombras Urbanas.