Paraíso Perdido

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Paraíso Perdido

El Irkalla se ha presentado siempre como la tierra natal de los Solares y Lunares. Una tierra extraña llena de misterios de la que sus propios habitantes fueron expulsados. Terreno de contiendas apocalípticas y lugar de miles de maravillas. Una tierra oscura llena de belleza de la que muy pocos pueden hablar. Después de años de presencia de los seres alados que aterrorizan a buena parte de la humanidad, son muchas las teorías acerca de su existencia. Por su aspecto, la mayoría de las personas asumen que los alados son ángeles y demonios llegados para purgar nuestros pecados, salvar nuestras almas o arrastrarnos por fin a lo más profundo de los infiernos. No faltan hipótesis sobre el origen alienígena de estos poderosos seres, extraterrestres que han tomado formas que los humanos puedan entender para esclavizar a la sociedad. También se barajan otras teorías, como manifestaciones oníricas provocadas por una alucinación colectiva, mutantes desarrollados en secreto por el gobierno de EE. UU. o incluso trucos mediáticos para desviar la atención de la gente sobre la crisis mundial que se sufre en todos los países que antaño fueron civilizados…

Pero todas estas teorías se centran en quiénes son estas extrañas criaturas, qué hacen en la Tierra y qué pretenden conseguir. Solamente unos pocos van más allá de estas cuestiones, lanzando otras preguntas al aire: ¿de dónde vienen los alados? Si han llegado a nuestro mundo, ¿cuál es el suyo? Los partidarios de la hipótesis angelical no dudan en pensar que solares y lunares provienen del cielo y del infierno, respectivamente. Desde luego, su aspecto físico hace pensar en los lugares detallados en los escritos de la cultura judeocristiana. Ciertamente hay un parecido entre la fisionomía de los alados y los seres angelicales; sin embargo, este parecido se debe a que fueron los alados los que han influido en las culturas y las religiones desde el albor de las civilizaciones, dejando su huella sobre la iconografía religiosa. Lo mismo ocurre con su lugar real de procedencia. Buena parte de las descripciones religiosas utilizan las nubes como elementos del hogar de los dioses. Y no solo en la religión judía o cristiana, también en los panteones griegos y después romanos se usaban nubes como ubicación de la morada divina. Los dioses chinos han sido también representados en el cielo, y así se podrían encontrar ejemplos en muchas mitologías. Y es que el cielo abierto y las grandes nubes son elementos importantes en el hogar de los antiguos: un lugar llamado Irkalla.

Es difícil saber si el mundo que se conoce como Irkalla es un espacio ubicado en nuestro universo. Los pocos eruditos que han llegado a reunirse para hablar de ello nunca se han puesto de acuerdo y los antiguos no están dispuestos a arrojar luz sobre este tema. Quizá sea un lugar muy lejano conectado con nuestro mundo mediante agujeros de gusano o tecnología desconocida por la ciencia actual. Quizá sea una dimensión paralela que nuestras limitadas mentes no son capaces de imaginar. Quizá sea realmente un lugar divino donde los responsables de la creación orquestan nuestros destinos. Este es un debate inconcluso que probablemente no pueda ser dirimido en los próximos años.

Lo que parece seguro es que entre nuestro mundo y el Irkalla existen conexiones, puentes de unión que permiten a un viajero trasladarse de un mundo a otro. Los alados llevan eras, al menos en términos humanos, viajando entre mundos. Desde que Enki, también llamado Lucifer, se alzara y fuera derrotado luchando contra la Palabra, los antiguos han recorrido la Tierra. Al principio fue una huida desorganizada, donde el primer caído siguió liderando hacia un refugio a aquellos que seguían el espíritu de Lilith. Su destino fue un mundo donde la humanidad apenas despertaba como especie. Quizá el Homo sapiens hubiera llegado por sus propios medios a lo que es ahora, pero la influencia de los alados es innegable. Las sociedades tribales comenzaron a mirar al cielo para adorar a los fenómenos que no entendían, como el Sol, la Luna, los vientos o las tormentas; pero también desde el principio adoraron a las diosas madre, a las figuras femeninas de la fecundidad, la creación y la creatividad. Ahora algunos pensadores sospechan que no fue una coincidencia. Los caídos se ocultaron en bosques y montañas y aprovecharon la vasta superficie de la Tierra para reorganizarse y trazar planes.

Unos pocos seres humanos han tenido la experiencia de conocer el Irkalla. La mayoría de los terrícolas han llegado hasta ese mundo por accidente. En general, tuvieron la mala suerte de estar en el lugar equivocado en un momento inoportuno. Otros viajeros exploraron conocimientos que deberían haber quedado olvidados por siempre, y de estos muy pocos lo hicieron sabiendo cuáles serían las consecuencias. Otra forma de llegar hasta el hogar de los antiguos es acompañado por un guía, pero quizá esta sea la opción más rara.

La experiencia de viajar al Irkalla cambia irremediablemente al viajero. Experimentar un entorno donde casi todo desafía las leyes físicas y las ideas preconcebidas sobre la realidad puede volver loco al ser más racional. La mente humana busca formas de lidiar con esas experiencias, y a menudo la locura es la salida más sencilla…

Ecos del Irkalla es un suplemento para Plenilunio que ahonda en la misteriosa dimensión del Irkalla. Descubre con las impresionantes ilustraciones de Luis Royo y Rómulo Royo y con una aventura titulada «El círculo virtuoso» los secretos de este lugar y los poderes y objetos que los precursores pueden traer de él.

10/11/2016 Nosolorol Ediciones https://www.nosolorol.com/img/nosolorol-ediciones-logo-14727449041.jpg https://www.nosolorol.com/
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