Que hasta el Diablo guarde silencio

En 1348, cuando la peste negra causa estragos en Florencia y sus víctimas se cuentan por centenares, un grupo de jóvenes decide recluirse en una villa del campo y pasar el tiempo que les resta antes de volver contándose historias los unos a los otros, disfrutando de la compañía y del entorno. Este es, en resumen, la trama que sustenta el Decameron de Boccaccio, una colección de cien cuentos escritos a mediados del siglo xiv considerada una de las obras maestras de la literatura medieval.

Salvando las distancias, lo que hacían estos jóvenes era jugar al rol: narraban sus historias, se divertían escuchándolas y todos se turnaban para participar en el divertimento. Solo les faltaban dados y un manual de juego, aunque seguro que algún lector los considera hasta elementos accesorios de una partida de rol. Al igual que el libro de Boccaccio, nuestro Decameron es una colección de aventuras que esperamos puedas y quieras narrar en tu mesa de juego, y, aunque no son cien, creemos que te proporcionarán suficientes horas de diversión. Que os recluyáis en una villa ya es algo opcional que está más allá de nuestro alcance.

Pero este libro no solo bebe del Decameron: hay otro libro que ha influido en su escritura aún más que el clásico de Boccaccio, un libro que pronto cumplirá veinticinco años, igual que el juego para el que fue escrito, pues fue el primer suplemento que tuvo en su larga existencia. Se trata de una colección de aventuras mezcladas con artículos históricos que responde al nombre de Lilith, un libro que se ha convertido ya en un imprescindible del rol hispano, igual que su contenido. Y es que, al igual que aquel libro, este suplemento presenta una serie de aventuras mezcladas con anexos históricos que, por un lado, amplían los temas que se tratan en las aventuras y, por otro, ofrecen nuevas profesiones, hechizos y criaturas que puedes utilizar en tus propias partidas de Aquelarre.

Además, a la hora de escribir este particular Decameron aquelarrero, hemos tenido siempre en mente la idea de que pudiera utilizarse de igual forma con el manual de reglas o con su versión Breviarium, pues, además de referencias a ambos libros en el texto (separadas por una barra: primero la página del manual de la tercera edición y luego la del Breviarium), también hemos añadido todo aquel hechizo o criatura que no apareciera en el Breviarium, para que así solo tengas que llevarte a tu partida el libro de reglas que tengas junto a este suplemento de aventuras. Más sencillo, imposible.

Por último, tenemos que mencionar para los más acérrimos seguidores del juego que la última aventura del libro es la campaña Ultima Necat, cuya primera parte conocerán muchos de los que fueron mecenas de la tercera edición de Aquelarre, pues se les regaló en su momento para que la probaran y nos hicieran llegar sus impresiones (en los créditos encontrarás mencionados a todos los que la jugaron y nos informaron de ello). Por fin, después de mucho tiempo, los personajes podrán continuar sus andanzas junto al extraño anciano Abu Alim en las tierras de Granada.

Sentaos en corrillo ahora que el aire es cálido y la brisa es suave, bajo el arrullo de los frutales y la fuente del patio, pues es hora de contarnos cuentos.

Y que hasta el Diablo guarde silencio…