En una mano la Fe y en otra un Colt Dragoon

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En una mano la Fe y en otra un Colt Dragoon

En Perros en la Viña eres uno de los Perros Guardianes de Dios, un hombre o mujer joven llamado al servicio de la Fe. Tu deber es viajar entre las congregaciones aisladas de la Fe —sus Ramas— y mantener la Fe unida. Te enfrentarás al peligro, el pecado y la traición; representarás la compasión de Dios para el pecador y la justicia de Dios para el oprimido; arrancarás el mal de raíz y equilibrarás la delgada línea entre las leyes divina y secular. Tienes una insignia de tu ministerio: un abrigo largo, colorido, hermoso, formado por pedazos reunidos y cosidos por tus amigos y familiares allá en tu hogar. Para ti es un recordatorio de su amor y tu deber; para los demás es un poderoso símbolo de tu autoridad.

¿Cómo se convierte uno en un Perro Guardián de Dios?

Para cuando tienes doce o trece años, el Mayordomo de tu Rama ya está considerando si serías un buen Perro. Algunos chicos son tan obviamente poco aptos que el Mayordomo rechaza la idea a la primera, algunos parecen prometedores y otros tienen el destino brillando sobre ellos como si fuera una luz. Si el Mayordomo está siquiera remotamente cualificado, hay involucrado un componente intuitivo-espiritual, una guía divina, así que el chico «obviamente poco apto» podría ser el chico que se muestra dedicado y persigue activamente el servicio de la Fe, mientras que el chico con un buen destino podría ser el delincuente alborotador del pueblo. A partir de los doce o trece hasta los diecisiete o diecinueve, el Mayordomo mantiene un ojo sobre ti y te guía de la mejor forma posible, teniendo muy en mente que él no es responsable de convertirte en un futuro Perro. Ese es tu propio deber.

Entre los dieciocho y los veinte años el Mayordomo te entrevista formalmente y te llama a ser un Perro. Te despides, empacas algunas cosas y realizas el viaje al Templo de los Perros para ser iniciado. El proceso completo, comenzando con la entrevista y terminando con tu primera misión, es una iniciación. Pasarás dos meses en el Templo de los Perros en la ciudad de Bridal Falls. El programa para entrenar iniciados es continuo y constante. Generalmente habrá una docena, tal vez quince iniciados, pero serán menos durante el invierno y más en los buenos años.

Tus maestros en el Templo de los Perros no tienen por qué amarte. Ellos aman a la gente que vas a servir. Su meta no es hacerte un Perro; de nuevo, ese es tu deber.

Probarte o descartarte. Te agotarán, humillarán, estresarán, lastimarán, decepcionarán, tentarán, asustarán, provocarán y agobiarán. Al final, les habrás probado tu valía.

Entrenarte. Te entrenarán para montar, tirar, pelear, predicar, perseverar, hacer preguntas, ser paciente, observar, tener discernimiento y sobrevivir. Al final serás una persona capaz y segura, sin importar cómo fueras antes..

Educarte. Te enseñarán acerca de las escrituras, la doctrina, la ceremonia, la teología, la cosmología y la demonología. Al final tendrás un sólido conocimiento básico de estos estudios..

Iniciarte. Te harán ser distinto de los demás, te investirán con la autoridad de los Profetas y Antiguos, te consagrarán a su servicio, recibirán tus juramentos y te santificarán. Al final habrás demostrado tu valía y aceptado tu deber..

Inspirarte. En algún momento, algo que alguien te diga alumbrará tu alma. Nadie puede predecir cuándo o qué será ese algo, pero sin ella no podrás ser un Perro..

Tu trasfondo personal, naturalmente, tendrá una gran influencia a la hora de determinar cuánto tiempo dedicarán a cada una de esas cosas. Si ya sabes montar, disparar, pelear y sobrevivir, lo notarán inmediatamente y seguirán adelante. Si ya eres un erudito de las escrituras, te pondrán a trabajar enseñando a tus colegas, tal vez incluso enseñándoles a leer, simplemente. Mientras tú estás ahí aprendiendo y probándote a ti mismo, tu familia y tu pueblo natal están haciendo tu abrigo. Es un honor y un orgullo confeccionar el abrigo de un Perro.

La mayoría de los Fieles saben que la gente no debería pecar, porque cuando la gente peca pierde las bendiciones de la Fe pero, para ser honestos, piensan más y con más profundidad acerca de si el invierno será malo, si su caballo no se está enfermando y ¿no se está acercando la temporada de cosecha de manzanas? Mantener la Fe en orden es tu trabajo, Perro.

24/10/2016 Nosolorol Ediciones https://www.nosolorol.com/img/nosolorol-ediciones-logo-14727449041.jpg https://www.nosolorol.com/
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