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Pequeños Detectives de Monstruos, el juego de rol para los más peques, cumple dos años. Desde que Nosolorol Ediciones publicara este título y posteriormente el cuaderno de campo, se ha demostrado que cada vez son más las ganas de valerse de juegos de rol que impliquen a los niños como protagonistas. Hablamos con los autores, Patricia de Blas y Álvaro Corcín, para conocer sus impresiones sobre la excelente acogida de este proyecto a lo largo de este tiempo y el futuro del mismo.
Álvaro Corcín (Navarra, 1988)
Diseñador gráfico e ilustrador
Estudió Bellas Artes en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en Bilbao. Allí descubrió el diseño gráfico, la ilustración y el mundo del cómic.
Patricia de Blas (Navarra, 1991)
Diseñadora gráfica e ilustradora
Estudió Diseño Gráfico en la Universidad de Barcelona (UB). Durante esos años se especializó en la maquetación de textos, tipografía e ilustración. Posteriormente se ha ido especializando en la ilustración infantil.
Actualmente ambos viven y trabajan en Pamplona realizando proyectos de diseño e ilustración por cuenta propia en el estudio “Musgo”. y preparan su nuevo trabajo para Nosolorol: El buscaduendes, un manual de fantasía ideal para los más pequeños de la casa.
— Ahora que ha pasado algo de tiempo desde la publicación de Pequeños Detectives de Monstruos ¿Cómo valoráis el proyecto?
— Parece mentira que haya pasado tanto tiempo ya desde que salió el libro, y cada poco nos sigue sorprendiendo con nuevas cosillas que encontramos porque la gente las comparte por las redes sociales, así que solo podemos valorarlo ¡ultrapositivamente!
— ¿Ha cumplido (o superado) vuestras expectativas?
— Las ha superado con creces. Sobre todo por la reacción y la buena acogida que ha tenido con el público. Estamos muy contentos de cómo el libro también se ha ido haciendo hueco en las estanterías de gente y familias que no conocían o no habían jugado a rol, y eso es una de las mayores recompensas que nos ha dado este proyecto. Además, estamos muy contentos porque el libro ha ido creciendo él solo, es decir, la gente que lo usa genera su propio material y lo comparte para que otros puedan usarlo y eso hace que el juego vaya evolucionando. También, una de las cosas que hemos notado es que ha “envejecido” muy bien, cada vez que lo volvemos a ver nos despierta esta expresión de “ay que majo el librico”.
— Pequeños Detectives de Monstruos está enfocado a jugar, en principio, con pequeños grupos de niños a partir de tres años en mesa, con mayor o menor uso de recursos de rol en vivo según la edad. ¿Os planteáis o habéis creado, con el rodaje que ahora tiene el juego, aportar alguna regla más para jugarlo como rol en vivo?
— En los juegos de rol en vivo con niños, como al fin y al cabo sigues jugando en casa o en un parque se puede utilizar por ejemplo un dado blandito y grande tipo peluche o balón, que nos hace las funciones de tiradas y el juego es bastante parecido a lo que es el juego en mesa. De todas formas, y basándonos en nuestra experiencia con los niños, al final ellos lo que quieren es pasárselo bien, jugar y divertirse con sus hermanos, primos y amigos. Las reglas las utilizamos los adultos para que no haya riñas ni disputas entre ellos, y si hay buen ambiente, al final se juega sin normas y únicamente con la imaginación. Donde cambia más es cuando el grupo es grande. Aún así, no descartamos hacer en un futuro una guía para jugar en vivo.
— Además de esto, Pequeños Detectives de Monstruos ha tenido un efecto importante en ocio para grupos más amplios que los habituales, usándose para jugar en ludotecas y ambientes similares con grupos amplios, hasta de 20 niños Ya que vemos que se ha usado repetidas veces en circunstancias similares de forma natural, parece evidente que este juego tiene potencial para este tipo de situaciones. ¿Cómo se adapta para grupos grandes?
— A la hora de crear el juego tuvimos en cuenta que este sistema podría usarse en las aulas o ludotecas, por lo que lo hicimos muy fácil y flexible. En el libro mencionamos varias veces que las reglas de juego son solo unas indicaciones, para que cada uno adapte el juego como lo necesite. Un juego para niños tenía que tener unas reglas muy básicas, para que lo que realmente brillase fuesen los monstruos, la historia, y sobre todo los detectives y su capacidad para resolver los misterios. Queríamos que el juego tuviera un fuerte componente narrativo, sin interrupciones con reglas para que de esa manera puedas ver cómo reacciona cada niño de manera instintiva.
— ¿Qué experiencias tenéis en este sentido?
— A la hora de hacer partidas con grupos grandes, optamos por hacer una especie de yincana, donde el grupo se dividía en 5 grupos más pequeños y tomaban las decisiones entre ellos. Cada vez que salíamos de una de estas partidas, lo hacíamos con las pilas recargadas. Jugar con niños es de las mejores experiencias y además, los tutores nos ayudaban a organizar las actividades, así que todo era muy fácil. Los profesores también nos enseñaban trucos y actividades que hacen con sus alumnos y eso nos ayudaba a imaginar posibles pruebas para las gincanas, como por ejemplo, preguntas sobre lo que están estudiando en clase, cantar alguna canción en inglés...
— En relación a la pregunta anterior, también se hace evidente que además de grupos grandes en ambientes de ocio, Pequeños Detectives de Monstruos ha entrado con fuerza en el ámbito educativo. Han brotado iniciativas en colegios de diferentes puntos de España también de manera improvisada y natural, indicativo de la necesidad que había de un juego de estas características. Educadores roleros y no tan roleros han visto en los juegos de rol un potencial muy interesante para el desarrollo de ciertas habilidades en sus alumnos y Pequeños Detectives de Monstruos parece haber dado en el clavo. ¿Qué creéis que Pequeños Detectives puede aportar al ambiente educativo?
— No es tanto Pequeños Detectives, sino el rol en general. Está más que demostrado que el rol ayuda a potenciar las habilidades de los jugadores, y más cuando estamos hablando de edades muy tempranas donde todo se aprende muy rápido. Pequeños Detectives en concreto, creemos que aporta trabajo en equipo y una actividad diferente a lo que se estudia normalmente en las aulas. Algunas veces incluso funciona como hilo conductor sobre temas generales como el miedo en este caso, donde los alumnos pueden hablar con sus tutores de los monstruos de cada uno, y ver que no somos los únicos que tenemos miedo, sino que mucha gente tiene sus propios monstruos.
— ¿Qué acciones habéis llevado a cabo vosotros en colegios?
— Puntualmente hemos estado en aulas desde los 4 años hasta los 7 años para dar a conocer el libro y enseñar a los profesores cómo lo pueden utilizar en sus aulas. Después de cada actividad, para terminar enseñamos a los niños a cómo hacer su propio monstruo, siguiendo el juego de las preguntas que aparece en el libro. Así, cada niño se lleva un monstruo nuevo con el que jugar. Todas las actividades que hacemos, se pueden encontrar en la web www.detectivesdemonstruos.com, además de las que nos mandan profesores de toda España contándonos sus experiencias.
— ¿Hay muchos profesores que os hayan contactado para contaros su experiencia o para interesarse por el juego?
— Sí, muchos profesores y profesoras se animan a probar Pequeños Detectives de Monstruos y nos preguntan cómo pueden adaptar el juego. En concreto, nos gustaría mencionar a Óscar Recio quien se puso en contacto con nosotros y utilizó el ‘‘Proyecto Holmes’ para usar el juego y hacer toda una serie de actividades en su colegio. La verdad es alucinante y nos dió mucha envidia y pena por no poder ir a disfrutarlo como unos detectives más. Podéis encontrar más información sobre esto en la página web. Como Óscar, muchos profesores nos cuentan sus aventuras y experiencias con los detectives, y eso que el libro ya tiene unos años. ¡No podemos estar más contentos! También hay gente que está terminando sus estudios y que quieren hablar en su trabajo final de carrera sobre Pequeños Detectives y el rol. Esto es una muy buena señal para el rol en general, pues mucha gente se anima a estudiar y hablar de sus ventajas a nivel educativo en ámbitos donde antes no se hacía.