Vampiro: La Mascarada es un juego de rol que necesita poca presentación. Está ambientado en el Mundo de Tinieblas, donde seres sobrenaturales (vampiros, hombres lobo, magos, espíritus, hadas y hasta demonios) pueblan el mundo escondidos de la población humana. Vampiro: La Mascarada es, probablemente, el mejor exponente de un juego de rol en este Mundo de Tinieblas. Los jugadores interpretan a vampiros, humanos que han sido convertidos en no muertos que beben sangre y no toleran la luz del sol. Luchan por adaptarse a su nueva condición al mismo tiempo que se integran en una sociedad vampírica donde nada es lo que parece y donde las luchas de poder están a la orden del día. O mejor dicho, a la orden de la noche. Este juego, que conoció su apogeo en los años noventa, ha vuelto en una edición mejorada 20 Aniversario. La publicación en español está a cargo de Nosolorol Ediciones y Biblioteca Oscura. No solo ha contado con la colaboración de muchos aficionados a lo largo del proceso de adaptación al español, sino que ahora también se cuenta con ellos para su publicación con una campaña de mecenazgo como no se ha visto antes en el mundo de los juegos de rol en español.
Cuando todavía quedan 16 días para participar en el mecenazgo de Vampiro: La Mascarada 20 Aniversario, ya se han superado los 75.000 euros. Aunque se esperaba una gran participación, el éxito de esta campaña ha permitido crear metas con recompensas adicionales para los mecenas. A día de hoy, los participantes han conseguido un marcapáginas especial, una camiseta conmemorativa, un pantalla del Narrador mejorada, una ilustración exclusiva de uno de los ilustradores emblemáticos de Mundo de Tinieblas y una carpeta con hojas de personaje exclusivas de cada clan de Vampiro. Y todavía se espera más participación; tanto es así, que ya se conocen las siguientes metas a superar: Polvo al polvo, un módulo a todo color que continúa la trama del famoso Cenizas a las cenizas; un cuaderno moleskine con un ankh diseñado especialmente para la ocasión; la firma del promotor de esta edición aniversario, Justin Achilli, en tu ejemplar numerado de V20; y por último, una fiesta de celebración con entrada libre para todos los mecenas que incluye la presencia de Justin Achilli, un rol en vivo, actuaciones temáticas y más.
¿Cuál es el secreto del éxito de esta campaña? ¿Qué tiene este juego que lo hace tan codiciado incluso antes de que haya pasado por las máquinas de imprenta? En Nosolorol Ediciones creemos que su secreto está en los buenos ratos que nos hizo pasar en sus primeras ediciones. El Mundo de Tinieblas es un universo rico en detalles y en tramas. La sombra de la conspiración y manipulación de los antiguos mantiene en tensión al jugador, cuyo personaje intentará superar en astucia a sus rivales en el gran juego de la Jyhad. Además, en la eterna lucha por el control del mundo, los vampiros no solo se agrupan en facciones, sectas y sociedades secretas; además, la sangre que fluye por sus cuerpos tiene la esencia de sus Antediluvianos. La política se mezcla con asuntos de familia y todo se complica aún más. Cada uno de los trece clanes de vampiros tiene sus peculiaridades, ventajas y desventajas y cubre algunos de los estereotipos del concepto de vampiro. Pensamos que la identificación con alguno de estos clanes es fundamental a la hora de disfrutar de un juego como Vampiro: La Mascarada.
Para comprobarlo hemos preguntado a algunos de los autores de la casa. Todos nos han confiado algunas de sus mejores experiencias jugando a Vampiro, y todos podían apuntar a alguno de los trece clanes como su favorito. Aquí os dejamos algunos de sus recuerdos:
«Mi clan favorito desde que lo descubrí ha sido el Ventrue. Esa combinación de poder mortal e inmortal me atrajo desde el primer momento, y esa combinación de disciplinas para imponer tu voluntad y resistir a tus enemigos me parece fabulosa. Sin embargo, dado que en mi grupo de juego casi siempre he ejercido de narrador, he tenido poca oportunidad de interpretar a un personaje durante largo tiempo. El que recuerdo con más cariño es un malkavian llamado Burger King que, acompañado de su hermana Kinder Sorpresa, sembró durante unos meses el caos en Montreal. Todavía recordamos entre risas cómo me ofrecí a desactivar un sistema de alarma de la mansión de un primogénito a la que nuestro grupo tenía que acceder para robar unos documentos y, tras toda la ceremonia de subir la escalera con una caja de herramientas hasta la centralita eléctrica que controlaba el sistema, me quedé observándola seriamente durante varios segundos... y comencé a golpearla salvajemente con la caja de herramientas. Las alarmas de toda la mansión comenzaron a sonar, por supuesto. O aquella reunión en el Elíseo en el que aparecimos disfrazados de conejo de pascua y mosca... En fin, recuerdos de otros tiempos en los que nos tomábamos Vampiro de otra manera. Otro día contaré cómo me enfrenté al Ductus de la manada y lo derroté con un assamita antitribu, haciendo que el narrador entrara en shock y cancelara la partida por rabia».
«Aunque para jugar siempre fui más de los Gangrel en general, el vampiro más emblemático que interpreté en su momento fue, sin duda alguna, Lázaro de Vetusta, un antiguo ventrue afincado en Asturias y miembro de la Sociedad Occulttae de La Biblioteca de Cartago. Para quien no la conozca, la Biblioteca fue una página de referencia sobre el juego en los noventa, y los miembros de la misma hilvanábamos nuestras propias historias con los personajes. Fue muy divertido conocer, con el paso de los años, a los jugadores tras la Sociedad Occultae, como Enrico Giovanni, Príncipe de Alba Iulia, que ahora es mi buen amigo Jokin García, célebre director de roles en vivo y couator del juego 2084».
«He jugado poco a
Vampiro, pero bueno... Recuerdo con cariño a mi gangrel, bebedor de cerveza y comedor de grandes tajadas de carne casi cruda (tenía la habilidad para digerir comida y era divertido). Era un tipo grandote, peludo, campechano, que se llevaba mejor con los animales que con las personas (por supuesto) y al que no le gustaban nada las ciudades. Nunca decía que no ni a un polvo ni a una pelea, y su truco preferido era desaparecer enterrándose bajo tierra cuando había problemas, y que lo buscaran...».
«Vampiro nunca fue uno de nuestros juegos de cabecera, pero una de las mejores crónicas que he jugado fue llevando a un toreador (mis favoritos, sin duda). Su nombre lo he perdido en las brumas del tiempo, pero recuerdo que vivía en la Francia del siglo XVIII, entregado a su pasión por la pintura y compartiendo hogar con otros dos vástagos y nuestro sire, quien estaba perdidamente enamorado de una violinista de Montmartre. Aún recuerdo cómo, tras varias sesiones, los tres vástagos nos vimos obligados a traicionar los ideales de nuestro creador y transformar a aquel hermoso ser en un nuevo vampiro para salvarla de las garras de la muerte mientras huíamos de París en mitad de la noche, escondidos en un carruaje, y tras habernos salvado de milagro de un ataque lupino».
Diego López es autor de
El Judío Errante. También está preparando
Paradox, un intrigante juego de viajes en el tiempo, y
Plata de Ley, una aventura en el Salvaje Oeste.
«Allá por la década de los noventa comencé a dar vida… o mejor dicho, no vida, a Klaus Metternacht, hijo único pero indeseado de un austriaco, último adalid de una rancia familia instalada en la montañosa Innsbruck. Malditos por la endogamia, odiados por los lugareños, como si de una película de la Hammer se tratase, Klaus y su padre sobrevivían en soledad. Hermosa en su decadencia, la villa familiar dominaba aquellos picos inhóspitos. Klaus, de espíritu melancólico, tenía un único amigo, su violín, con el que parecía conversar y amar cuando lograba arrancarle algunos acordes decentes… Y así malgastaba sus días. Hasta el fatal día en que su padre, enloquecido por la bebida y sabiéndose arruinado, lo pagó con ese pequeño ataúd musical, quemándolo en una vivaz hoguera. El joven, al contemplar tal atrocidad, no dudó: mató a su padre a hachazos, convirtiendo, además, la hoguera en improvisada pira funeraria. Salvó la cabeza de su páter familias, que se convirtió en recuerdo permanente de aquella tarde. Este triste acontecimiento llamó la atención de una aberración que sobrevivía por aquellos montes: un brutal y sanguinario nosferatu, que convirtió a Klaus en su secuaz de fechorías. Con el tiempo, hostigados por la policía al dejar un rastro de muertes desagradables, este no muerto se ocultó en un mausoleo en París, desde el cual, cuando la noche está envuelta en la fría niebla, brotan acordes tañidos por un melancólico violín».
«El Nosferatu siempre me ha parecido el mejor exponente de
Vampiro, cuyo aspecto es un recordatorio constante de que se ha convertido en algo que trastoca su existencia tal y como la conocía. No basta con vestir bien y salir únicamente de noche; el Nosferatu necesita del poder de su sangre para poder mezclarse con los humanos o permanecer oculto a la vista de todos. Y así era J, un nosferatu que interpreté durante un tiempo. Era un neonato que intentaba habituarse a su nueva "vida" al tiempo que pretendía no ser un peón de la guerra eterna. Creo que nunca consiguió ninguna de las dos cosas».
Iván Sánchez es responsable de Contenidos de
Nosolorol Ediciones y autor de la
Guía Genérica de Hitos. «Durante mi época universitaria jugaba a rol de manera intensiva con la gente de Nuevas Tendencias, el club de rol de la facultad de Psicología. Aunque le dábamos a todo el Mundo de Tinieblas,
Vampiro era una constante en las partidas que se organizaban en el club. Por desgracia, la vida de las partidas era más bien corta y, aunque todas prometían ser una campaña, la mayoría duraban solo unas pocas sesiones. Así que en aquella época creé un número nada despreciable de personajes de
Vampiro, siendo los Malkavian, mis absolutos favoritos. Pero si tuviera que quedarme solo con uno, el elegido sería Jason Doc, un tremere antitribu que, junto con su manada del Sabbat, recorría los territorios de la Camarilla de Estados Unidos para acudir a una importante reunión de la secta en Montreal. Jason era un hombre de edad avanzada, con el pelo largo y blanco. Era ciego, aunque había aprendido a confiar en sus demás sentidos para moverse con soltura y pelear cuando era preciso. Aunque el vinculum lo ataba con fuerza a toda su manada, tenía una relación especial con Uribarri, un caitiff hispano con pinta de pandillero. Uribarri era tuerto, así que entre los dos solo sumaban un ojo útil, pero eso no les impedía compartir moto en sus viajes a través de Norteamérica».
Manuel J. Sueiro es Director General de
Nosolorol Ediciones. Es autor y coautor de muchos de los juegos de la editorial y ahora está ultimando los detalles de
Cultos Innombrables. «Siempre he sido Director, bueno, Narrador, de
Vampiro, por lo que se me hace difícil pensar en un personaje. Siempre fantaseaba con la locura de los Malkavian (cuando la Dementación ni siquiera había despertado en ellos) o con los reprimidos Nosferatu (que eran los verdaderos amos de los bajos fondos) o incluso con los regios Ventrue, manipuladores y señores de la Camarilla. Me gustaban los clanes que obligaban a uno a ahondar en la mente de los personajes, y la culminación para mí fue conocer a los Tzimisce. Siempre guardaré el recuerdo de aquel personaje que buscaba profundizar en el conocimiento de la vida y naturaleza humana (y no tan humana) para doblegarla a su voluntad y alcanzar así la Ascensión, ajeno a los problemas del resto de vampiros. Baran Zajac se llamaba, y llegaría a ser un gran antagonista para, finalmente, convertirse en un poderoso aliado para mi grupo de juego».
Estas son solo una pocas de las prácticamente infinitas historias que los aficionados de
Vampiro han disfrutado a lo largo de los años. Con la edición 20 Aniversario tienes la oportunidad de recrear historias en el Mundo de Tinieblas. Historias que, como hemos podido ver, se recuerdan durante muchos años...
Ya has visto cuáles son nuestros vampiros favoritos. ¿Cuál es el tuyo?