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Para muchos Inquisitivos, el conocimiento es una recompensa en sí mismo. En Cazador: La Venganza, los integrantes de este Credo perciben el mundo velado por la oscuridad sobrenatural y buscan hacer retroceder esa sombra al arrojar la luz del conocimiento sobre ella. Descubrir la extensión y la función del mundo secreto y las criaturas que lo ocupan es donde concentran sus esfuerzos.
Los Inquisitivos pueden ser buscadores de información adeptos a la tecnología, infiltrados hábiles o archivistas introvertidos, pero todos creen y comparten el deseo de saber más.
El estereotipo del Cazador Inquisitivo es el intelectual con gafas en gran medida superado por Cazadores más fornidos o mejor equipados. Los Inquisitivos lo saben, por supuesto, y por ello son uno de los Credos con más conocimientos y mejor preparados. Se toman en serio el hecho de que conocer al enemigo es la mejor arma que esgrimir contra él y suelen ser los mejor informados sobre aquello en lo que se meten, o al menos conocen los «interrogantes por conocer». Deja que los folloneros derriben puertas y abran fuego, los astutos Inquisitivos ya han entrado y salido a través de la ventana del sótano, y se han hecho con los diarios de la presa y las baratijas más reveladoras.
Para estos Cazadores, destruir realmente monstruos suele estar bastante abajo en su lista de prioridades; lo más importante es aprender y la mejor forma de transmitir lo aprendido es ser capaz de compartirlo con algún otro. No es sorpresa, por tanto, que los Inquisitivos prefieran las tácticas de supervivencia por encima de las de combate. Esto también significa que al cazar suelen centrarse más en el reconocimiento que en la neutralización de objetivos y por ello van poco armados en comparación.
Quizás el peligro más inmediato para los Cazadores Inquisitivos sea que buscan conocer cosas que quieren ocultarse. Y el segundo más inmediato sea que estos seres sobrenaturales son tan poderosos como hostiles para aquéllos que revelarían su presencia o averiguarían sus secretos. Los Inquisitivos no son los más marcialmente inclinados y la combinación de estos tres factores suele generar carreras cortas que terminan de forma espantosa entre los Cazadores. Sin el arsenal o la destreza táctica disponible para otros Credos, los Inquisitivos no suelen tener el lujo de recurrir a «las grandes armas» una vez han mostrado sus cartas.
Para complicar las cosas, suelen prepararse en términos generales, pero pueden verse desprevenidos para eventualidades puntuales. Una célula dirigida por Inquisitivos puede saber que se enfrenta a un vampiro y que el ajo y las cruces no funcionarán contra él, pero el fuego sí… y entonces la célula es pillada totalmente de improviso cuando el vampiro sale de un rincón en sombras tras ella porque, ¿quién sabía que los vampiros podían atravesar las sombras?