El cuento de la batalla entre una serpiente marina y una deidad celestial ligada a la creación es ancestral y se repite en muchas culturas distintas.
También lo es la misma figura del monstruo que se agita en las aguas vigilando el abismo. Leviatán es la madre y el padre de todas esas criaturas. Pero a diferencia de Tiamat, que preside sobre la procreación caótica e incontrolable, o Vitra, que niega la supervivencia a los hombres bloqueando los ríos y reduciendo la pesca, Leviatán es un ser que no interviene a menudo en el curso de los eventos.
Él devora grandes bestias marinas y solo de vez en cuando engulle naves llenas de mortales. Es una presencia constante que crece cada vez más, siglo tras siglo, así como la envidia crece en los corazones de los pecadores.
Casi no tienen ninguna relación con ellos, excepto por su mirada, con la que puede ver a largas distancias desde las orillas de los mares. Aunque le gustaría abandonar las aguas para llevar la destrucción a la tierra, lo tiene prohibido. Así pues, impregnado de manera permanente por el vicio sobre el que preside, continúa revolviéndose impaciente en las profundidades del océano.
Se trata de un pecado que codicia un bien o cualidad de los demás y que genera un odio creciente hacia aquellos que los poseen. Es un deseo que no se ve satisfecho y genera tal frustración por la felicidad de los otros que llega a ser insoportable.
Los pecadores son embrujados por la Envidia para ignorar el valor de aquello que poseen y les hace fijar su mirada en todo lo que tienen los demás, deseándolo con malicia. No importa si el objeto de esta codicia son bienes materiales, habilidades, dones físicos o incluso otras cualidades más abstractas como el carisma o la fama. La persona envidiosa quisiera quitárselo a otro ser mortal y fantasea con cómo de correcto sería hacerlo.
Un sentido de «justicia» distorsionado acecha los pensamientos del pecador, que de forma constante hace comparaciones para ver quién es el primero y cuestiona la legitimidad de todo.
Conoce más de este ser, sus poderes y los sectarios que le acompañan en Siete Pecados, el compendio de demonios, sectarios y reliquias, compatible con sistemas SRD5 y OSR. Llena de demonios tus mazmorras y partidas de fantasía.
