Cada hombre lobo realiza un viaje personal en el que llega a entender el mundo de la forma de cambio, su forma Garou. Conforme sus sentidos se agudizan, también adquieren un entendimiento de lo que pasa en el mundo, lo que es importante y cómo interpretar la nueva información al respecto. Aprenden a ignorar a los agentes bien pagados de relaciones públicas que justifican lo injustificable y a escuchar a esas voces que hablan sobre Gaia con la misma urgencia que sienten los propios Garou, ya sean científicos, activistas o gente indígena.
Al final, esta senda conduce a una visión de que el mundo está en un estado catastrófico y que el tiempo para actuar puede haber pasado. Esta generación de Garou mora en medio del Apocalipsis. Es demasiado tarde para evitar el fin.
Sin embargo, ésa no es razón para ser fatalistas. El Apocalipsis puede estar sobre ellos, pero eso significa que cada victoria se vuelve ahora mucho más importante. Los Garou antes de ellos pueden haberle fallado a Gaia, pero esta generación de Garou aún tiene un propósito: recuperar trozos de poder perdido, reparar las plagas del mundo espiritual y destrozar las gargantas de los mercaderes de la muerte que se benefician de un mundo que sus acciones vuelven miserable incluso (en especial) en el territorio original de la manada.
Si no, no habrá un mañana.
Los Garou viven entre dos mundos, y ninguno de ellos les da la bienvenida. En parte humanos, en parte lobos, pero sin ser del todo ninguno, son al tiempo temidos e incluso injuriados tanto por lobos como por humanos. Como criaturas también en parte de espíritu y en parte de carne, suelen enfrentarse con criaturas connaturales de uno de esos reinos o del otro. Los espíritus recuerdan pactos ancestrales que los ligan al servicio de los Garou y criaturas físicas experimentan recuerdos delirantes de los terrores infligidos sobre los suyos por los hombres lobo en tiempos largo tiempo pasados.
No es ninguna sorpresa que la manada se haya convertido en una unidad social que ofrece seguridad y pertenencia a los Garou. Pese a lo defectuosas que son la mayoría de manadas, los Garou encuentran compañía y camaradería unos en otros porque los mundos que habitan les aterrorizan. Aun así, al mismo tiempo encuentran posibles rivales violentos en esas criaturas territoriales compañeras impulsadas por la Rabia que conocen demasiado bien.
¿Qué hacen los hombres lobo? Lo más apremiante que hacen los hombres lobo es combatir para recuperar lo que se ha perdido. El Apocalipsis ha ocurrido o está ocurriendo, y ahora depende de cada manada de Garou combatir de una forma que sus miembros encuentren importante.
Esta clase de conflicto suele ser el eje central de una historia o crónica. A menudo, pero no siempre, implica enfrentarse a la influencia del Wyrm o impedir que la codicia rampante se alimente aún más.
Las aventuras que se juegan en Hombre Lobo: El Apocalipsis tiene a estos hombres lobo como protagonistas, y su lucha contra el Apocalipsis el motivo por el que combaten. Proteger a Gaia o retrasar su inminente destrucción.
