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Los bebedores de sangre que acechan en el Mundo de Tinieblas se llaman a sí mismos mayoritariamente «Vástagos», «chupópteros» o «Cainitas». Los habituales del Elíseo y los teóricos de la utopía Anarquista encuentran el término vampiro poco prestigioso y les recuerda a secuelas chabacanas de películas de la Hammer y a folclore reaccionario para los turistas. Sin embargo, los Abrazados en décadas recientes usan el término cada vez más entre ellos, reclamando así ese estatus a pesar de lo diluida que está su Sangre. Cuando se les cuestiona, responden: «¿Quién tiene más derecho a ese nombre? ¿Los que de verdad habitamos la noche o los monstruos míticos de las películas?».
Los vampiros no pueden permitirse demasiadas ilusiones; como depredadores, su existencia depende de engañar a sus presas, no a sí mismos. Ya se llamen a sí mismos Vástagos, chupópteros o vampiros, se enfrentan a ciertas verdades inmutables. Ser un vampiro es verse impulsado por un Ansia irracional hacia la sangre humana y por el legado inmortal de tu Sangre vampírica. El Ansia te empuja a un Frenesí asesino y te incita a saciar tu sed en las venas de los mortales. La sangre humana que bebes se transmuta y resuena, concediendo no sólo éxtasis, sino también inmortalidad; no sólo extraños Poderes, sino también esclavitud. Más que la mayoría de nosotros, los vampiros son lo que comen. Más que la mayoría de nosotros, los vampiros deben retener su Humanidad si quieren ser más que eso.
Las diferencias entre los vampiros de la cultura popular, o incluso los legendarios vampiros balcánicos, y los Vástagos hacen tropezar a los aspirantes a cazavampiros e incluso a algún Retoño Cainita recién creado. Sin embargo, las similitudes indican que los creadores de mitos, tanto modernos como medievales, en ocasiones experimentaron la verdad. Incluso las aparentemente atemporales verdades de los vampiros admiten algunas excepciones, o van cambiando con las mareas de la Sangre. Durante siglos, los Vástagos creyeron que no había más Generaciones más allá de la Decimotercera y algunos vampiros actuales siguen teniendo un miedo psicosomático a las cruces y el ajo.
Cierto. Los vampiros pueden morir decapitados o arder a causa del fuego y la luz solar, pero no envejecen ni mueren por causas naturales. No necesitan alimentarse excepto de sangre y nunca necesitan respirar. Suficientes lesiones pueden hacer caer al vampiro en un sueño profundo parecido a un trance llamado Letargo, pero puede revivir de nuevo con suficiente tiempo y sangre.
Cierto. El cuerpo de un vampiro no tiene pulso ni su corazón late, no se mantiene caliente y no produce sudor ni hormonas. El cuerpo de un vampiro no envejece ni se pudre. La carne perdida e incluso miembros completos vuelven a crecer con el tiempo suficiente. Y sin embargo piensa, camina, planea y habla… y Caza y mata.
Cierto. Los vampiros anhelan la sangre humana y sólo pueden saciar su sed y alimentar sus capacidades inhumanas con la sangre de sus víctimas. Algunos vampiros penitentes subsisten a duras penas con sangre de animales y algunos otros, ancianos, deben Cazar y matar a los de su raza para alimentarse, pero lo cierto es que la mayoría de vampiros consume la sangre de su anterior especie
Casi siempre falso. Cuando es Abrazado, a un vampiro le crecen unos colmillos retráctiles para la alimentación. Sin embargo, su saliva puede cerrar las heridas causadas con ellos y ocultar así las pruebas de haberse alimentado.
Falso. Cuando los vampiros matan a su presa, la víctima perece sin más. Si no fuera así, los vampiros infestarían el mundo. Para Abrazar a un humano y permitirle regresar como no-muerto, el vampiro debe alimentar a la víctima completamente vaciada con su propia Sangre no-muerta, que los vampiros de más edad llaman Vitae.
Cierto. Aunque algunos vampiros de Sangre Débil pueden soportar el sol brevemente y algunos Poderes vampíricos permiten sobrevivir durante unos pocos minutos, la luz solar quema de forma mortal la carne no-muerta de los Vástagos si queda expuesta a ella suficiente tiempo.
Casi siempre falso. Mortales desesperados por encontrar alguna protección contra los no-muertos inventaron estas fábulas reconfortantes. Unos pocos vampiros aún se sienten constreñidos por esos impedimentos, pero son pocos.
Generalmente falso. Este mito es otro pío invento tranquilizador de la era medieval. Sin embargo, algunos portadores de símbolos sagrados (no sólo crucifijos) hacen retroceder a los vampiros o les causan daño con el poder de su Fe Verdadera.
Falso. Sin embargo, una estaca de madera (o una flecha o virote de ballesta, etc.) que atraviese el corazón dejará al monstruo paralizado y en estado de Letargo hasta que sea extraída.
Cierto y falso. La Sangre vampírica concede a los Vástagos Poderes sobrenaturales llamados Disciplinas, las cuales abarcan todas esas capacidades y muchas más. El poder de los vampiros se incrementa mientras envejecen, de vampiros recién creados poco más capaces que los humanos a poderosos Antiguos que pueden rivalizar con el Lestat o el Drácula de la ficción. Los Matusalenes y los Antediluvianos, que han acechado en la noche durante milenios, a menudo poseen un poder literalmente divino.
Falso… y cierto. En todo caso, la tragedia de los vampiros supera a la de los demonios. En vez de una caída y una clara eternidad de maldad, los vampiros sienten una inexorable tendencia a la condenación, a menudo durante siglos. Rara vez comienzan siendo monstruos sádicos, a menos que ya fueran así como mortales. Sin embargo, sobreponerse al ansia de sangre humana y a una existencia que depende la alimentación regular los conduce a la sociopatía y al abuso. La psicología del vampiro cambia según su existencia solitaria y depredadora desgasta los valores aprendidos como omnívoro que vive en comunidad.