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Siete Pecados es más que un bestiario. Es un compendio de seres del inframundo que te permitirá dar un carácter más terrorífico a tus partidas de fantasía y mazmorras
No cabe ninguna duda de la naturaleza de estos seres. Las fuerzas demoníacas agitan sus cuerpos imposibles en la oscuridad más allá de los umbrales del mundo, pero pueden estirar sus extremidades, haciéndolas fi nas e impalpables, hasta que capturan las entrañas de los mortales. Su poder despierta instintos, deseos y ansiedades. Esto engaña los sentidos, debilita cada determinación y corrompe incluso a la más ciega rectitud. Un demonio no está hecho solo de carne, sino también de una cruel ascendencia que revolotea a su alrededor como una manta tormentosa, infl uenciando a aquellos que se encuentren cerca. Por esa razón, los Demonios tienen cuerpos cambiantes, tullidos por los pecados, y empiezan por trasquilar a sus víctimas para luego dominarlas. Si eso es cierto para cada criatura, incluso las más desgraciadas, uno puede imaginar cuán cierto puede ser en el caso de sus gobernantes: los Siete Lores.
Todos los gobernantes son el refl ejo de su propio pecado. Cada parte, cada aspecto de ellos y cada maldición está hecha para inspirar, controlar y otorgarles poder. Los Siete Señores no son entidades que puedan existir sin el pecado del que son patrones y saben muy poco mas allá de este. Sus acólitos les veneran como deidades crueles y reciben continuas demostraciones de sus poderes ilimitados. Por otra parte, los mortales se postran ante ellos, dominados por el vicio que los atrapa o por la creencia de ser capaces de controlarles. Por desgracia, todos y cada uno de ellos están destinados a inclinarse, inexorablemente, ante las siete majestades coronadas. Muchos nombres han sido invocados para propiciar su favor, pero en este texto los llamaremos: Asmodeo, Mammon, Belcebú, Belfagor, Aamon, Leviatán y Lucifer.
La llegada de los Siete Lores siempre viene precedida de profecías, acontecimientos de naturaleza misteriosa y fi nalmente, con la manifestación de una catástrofe. El advenimiento puede conllevar todas o solo algunas de estas expresiones de magia maligna. Una ciudad puede sufrir una plaga de siniestras pesadillas durante siete días antes de ser azotada por una ola de locura sin control. Los mortales pueden encontrarse abrumados por instintos incontrolables que encarnan el pecado que reside en lo profundo de su corazón. Todo esto ocurre antes que un acontecimiento astronómico provoque un terremoto, tras el cual se abre una brecha serpenteante que se traga el centro de la ciudad. ¿Hay algún héroe o heroína lo sufi cientemente valiente para hacer frente a sus vicios y desafi ar el avance de los Siete Lores?