En esta época el Universo Conocido es gobernado por el emperador y las Grandes Casas. Es una era feudal, donde familias nobles gobiernan planetas enteros al servicio del emperador mientras conspiran de forma despiadada en las sombras para conseguir el poder y el control.
Hace muchos muchos años, la humanidad fue esclavizada por su propia creación, máquinas que pensaban como humanos. Tras una larga guerra por la libertad, la humanidad juró no volver a crear jamás «máquinas pensantes».
Por desgracia, se habían vuelto tan dependientes de esos constructos que les costó mantener ese juramento, ya que la humanidad carecía de las habilidades necesarias que poseían las máquinas pensantes. Por tanto, crearon varias «Grandes Escuelas» para enseñar a la humanidad las habilidades de las que carecían. Una de esas escuelas creó a los «mentat», seres humanos entrenados para pensar, analizar y recordar de forma más eficiente y con mayor rapidez que cualquier ordenador. Otra escuela de renombre es la Sororidad de la Bene Gesserit, quienes han aprendido a controlar su cuerpo y mente de tal forma que algunas personas las consideran «brujas».
A pesar de la riqueza e increíble tecnología disponible para las Grandes Casas, lo más importante para mantener el Imperio en movimiento es la especia melange. Esta misteriosa sustancia prolonga la vida, proporciona poderosas visiones del futuro y da a muchos adeptos de las Grandes Escuelas un poder increíble. También es la clave del viaje espacial. Solo los poderes proféticos que proporciona la droga permiten a los navegantes de la Cofradía Espacial pilotar de forma segura sus enormes cruceros a través de las vastas distancias interestelares. Sin la especia, el comercio y el viaje dentro del Imperio se detendrían por completo.
Por desgracia, la especia se encuentra en un único planeta y cientos de intentos de replicarla han fracasado. El planeta en cuestión es Arrakis, y es uno de los planetas más inhabitables de todo el Imperio. Ni una gota de lluvia ha caído jamás en Arrakis y todo el mundo no es sino un enorme desierto lleno de mortales tormentas de arena y gusanos gigantes que pueden tragarse edificios enteros.
Es por esto que los habitantes de Arrakis lo llaman por otro nombre.
Lo llaman «Dune».
