A pesar de toda la discusión de la teoría y los detalles de la narración, lo principal del papel del Narrador es algo sencillo. Hablando simple y llanamente, cuando comienza la partida, el Narrador establece la escena describiendo el escenario a los jugadores e interpretando los papeles de los personajes en él que no están controlados por los jugadores. Éstos, en su mayor parte, improvisan su paso por el escenario, haciendo referencia a sus hojas de personaje para identificar los Rasgos que sus personajes pueden tener o no, y por ello lo que pueden hacer o no. El Narrador interactúa entonces extendiendo la historia en base a lo que hicieran los wraiths (o no) y el ciclo se repite.
Si uno de los jugadores quiere intentar una acción que no encaja del todo con el flujo de la historia que se está contando, entonces el Narrador recurre a las reglas y el jugador tira los dados para determinar si tuvo éxito en lo que intenta o falló. Esto continúa hasta el final de la sesión de juego, momento en el que el Narrador concede puntos de Experiencia como recompensa, y los jugadores los gastan (o no) para mejorar las capacidades de sus personajes.
Y, básicamente, eso es todo. Todo lo demás son detalles.
Pero lo bueno es que los detalles pueden ser terriblemente divertidos.
Elementos de Wraith
La mayoría de historias de fantasmas siguen unos cuantos patrones estándar, el más importante de los cuales es que los fantasmas son los antagonistas y no los héroes. En Wraith, se da la vuelta a eso. Los personajes jugadores son los fantasmas, no intrépidos cazadores de fantasmas, y esto hace algunas cosas interesantes al formato y la estructura de la historia de fantasmas clásica. Hay cosas maravillosas que hacer con la narrativa de una crónica de Wraith, pero requieren pensar un poco más allá de los sustos y los clichés de cazar fantasmas.
Tema
Todas las historias tienen temas, y las historias de fantasmas no son una excepción. Es parte del tejido del relato. El propio Wraith tiene una buena serie de temas en su ADN: horror, determinación, pérdida, amor o trascendencia, y todos ellos están a tu disposición. No tienes que usar activamente cada texto en cada sesión de juego; la mayoría se abrirán paso solos en el subtexto del juego, sólo a los que son realmente convincentes les querrás dar un énfasis especial.
Una vez que determines qué tema quieres sacar a relucir en tu crónica, hay una amplia variedad de tácticas que puedes usar para llamar la atención de los jugadores sin exagerar. Una de las más sencillas es introducirlo en el escenario. Si tu tema es el horror, llenar tus descripciones con detalles perturbadores y huidizos ruidos misteriosos de fondo hace mucho. Si es la trascendencia, resalta las líneas verticales de la arquitectura y los lugares de pura luz. Los ruidos escurridizos podrían ser inofensivas cucarachas y los rayos de luz podrían ser focos Reliquia que se están probando en caso de que haya un Maelstrom, pero lo que importa es el efecto.
Durante el curso de una crónica, puedes encontrarte lidiando con múltiples temas. Esta clase de variedad es buena, proporciona cambios de ritmo a los jugadores, siempre que no lo sobrecargues y trates de usar todos los temas a la vez. Es buena idea dejar que los que escojas (y deberías escoger no sólo para ver cuáles te gustan, sino cuáles funcionan bien juntos y proporcionan un buen contraste) se turnen a la hora de tener protagonismo, ganando y perdiendo prominencia en base a los altibajos de la crónica. Puede que te llame mucho el horror, pero tras un momento de interpretación especialmente intenso, se puede decir mucho en favor de dejar descansar el horror y recurrir a algo de tono más ligero.
