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En KULT: Divinidad Perdida, los protagonistas son personas que se ven involucradas o arrastradas a sucesos relacionados con su pasado. Los pecados del ayer los alcanzan, demandando expiación. Los miedos de la infancia salen a la superficie, manifestándose con forma física. Estos terrores adquieren su forma basándose en lo que acecha dentro de nosotros. De esta forma, no podemos percibir lo que existe ahí fuera sin vernos también reflejados en ello. Todos los seres humanos tienen sus demonios personales, sus propios purgatorios. En estas historias, los protagonistas se ven obligados a adentrarse en el abismo, quizá incluso a cruzar el umbral de la propia muerte, para descubrir que no hay un destino final: la muerte es solo el principio.
Los oráculos y profetas buscan nuestra atención con sus grafitis cargados de significados ocultos, con sus farragosas parrafadas en blogs de conspiraciones y parándonos en la calle para gritarnos la Verdad a la cara con monólogos salpicados de gotas de saliva. Y, sin embargo, nosotros enseguida bajamos la mirada a la reconfortante luz de la pantalla de nuestro móvil y seguimos andando como si nada hubiera ocurrido.
En las historias de KULT: Divinidad Perdida, los protagonistas son despertados de su sueño de repente y, pese a todo lo que creían conocer, se dan cuenta de que sus vidas eran mentira. Conforme la realidad que estos personajes habían construido con tanto cuidado se va desmoronando pieza a pieza, empiezan a vislumbrar el mundo más oscuro que acecha tras las grietas del hormigón. La Ilusión empieza a quebrarse.
Los personajes se enfrentarán a horrores inimaginables. Aquellos que no perezcan sufrirán un cambio irrevocable. Sellarán pactos con entes siniestros para evitar a fuerzas aún más oscuras, vislumbrarán la Verdad que vuelve irrelevantes sus vidas pasadas y experimentarán el dulce sabor de la victoria y el regusto podrido que deja.
Sobre nuestros ojos hay un velo que enmascara la Verdad
y mantiene dormidas nuestras almas divinas.
Vivimos en un mundo en el que el sol se ha puesto.
En el que nuestra Divinidad está Perdida.
En el que la Muerte es solo el Principio.