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Estos grandes depredadores habitan en regiones aisladas que la humanidad raramente explora, pero los pueblos que viven en plena naturaleza salvaje de Immoren Occidental están familiarizados con las señales de guaridas de draco y saben que deben mantenerse alejados. Aunque los dracos no resultan tan letales como los verdaderos dragones, son peligrosos y se enfurecen con rapidez.
La mayoría de las variedades de draco son bestias solitarias, con machos y hembras en territorios superpuestos, pero que solo se encuentran durante las raras temporadas de apareamiento, aproximadamente cada treinta años. Durante la mayor parte de los siglos de vida de un draco, será el único de su especie en muchas millas a la redonda. Los dracos protegen su territorio con fiereza, y ahuyentan o matan a cualquier otro de su especie que encuentren. Incluso las madres obligan a sus crías a abandonar el nido poco después de la eclosión para proteger su suministro de alimentos. Un solo draco necesita un territorio enorme para garantizarse las suficientes presas y evitar pasar hambre.
Los dracos de niebla, los dracos de la escarcha y los dracos de mar son las especies más conocidas de estos enormes reptiles, pero en ningún caso son los únicos en Immoren. Los dracos profundos de las Tierras Tormentosas descubiertos hace poco apuntan a otras adaptaciones antes desconocidas por los zoólogos de lo extraordinario en los Reinos de Hierro. Este hallazgo ha abierto la posibilidad de que haya diferentes dracos aún por descubrir, con teorías sobre dracos de roca de las montañas, dracos cavadores de arena e incluso dracos camuflados en los bosques entre las más populares que se conjeturan. Los exploradores han empezado a asumir la tarea de localizar a estas criaturas y consolidar su fama, pero ninguno ha tenido éxito todavía
Todas las formas conocidas de draco tienen algún tipo de arma de aliento, aunque hasta ahora, ninguno parece compartir el aliento de fuego de los dragones. Además de esta arma de aliento, los dracos comparten la capacidad de bramar a un volumen y una fuerza tan notables que el poder de su grito puede resquebrajar la piedra de una fortaleza y convertir en astillas un árbol robusto.
Los dracos tienen sentidos especialmente adaptados que les ayudan a cazar presas en sus entornos favoritos. Desde la capacidad del draco de niebla para ver a través de una densa neblina, hasta la visión del calor corporal de las presas que tiene el draco de la escarcha, estos sentidos son ideales para el entorno de tales criaturas. Quienes viajen por el territorio de un draco deben esforzarse mucho si desean ocultarse.
Algunas razas de draco poseen alas vestigiales, aunque ninguno que se conozca demuestra la capacidad de volar. Es posible que tuvieran un antepasado con dicha capacidad y que esta se perdiera gradualmente a medida que las bestias se adaptaban a nuevos nichos ecológicos. Ni siquiera los dracos con las alas más grandes (los de niebla y los de las profundidades), pueden planear con estos apéndices vestigiales, aunque a veces los usan durante las exhibiciones de apareamiento o las despliegan para mostrar nerviosismo u hostilidad.