En un paisaje de ruinas desmoronadas se encuentra una casa de la Edad Antigua perfectamente intacta. La casa está rodeada por una valla de madera alta y una alambrada de púas. El edificio en sí es visible través de una enorme puerta de hierro: es una casa blanca de ladrillo con densos postigos de hierro cerrados. Detrás de la puerta de hierro, un par de perros gruñen de manera amenazante mientras intentan sacar sus enormes fauces entre los barrotes de la puerta. Detrás de ellos se puede ver un reptil verde de varios metros de altura (un T-Rex), tiene la boca abierta de forma rígida para revelar una mandíbula llena de colmillos afilados. Al mirarlo de cerca resulta que el enorme reptil está hecho de plástico y está atornillado al suelo.
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Aquellos que se atrevan a asomarse por la puerta pueden ver una entrada para vehículos donde un coche blindado y una caravana, también blindada, están aparcados. En el jardín del otro lado de la casa, una bandera harapienta de color azul y amarillo ondea al viento en un mástil. Normalmente uno o varios de los habitantes de la casa están en el jardín o alrededor de él. Quizás estén sentados comiendo en los desgastados muebles de plástico de color blanco.
Los habitantes de la casa (nueve humanos no mutados) son todos descendientes de un par de familias que decidieron seguir viviendo sus vidas con normalidad después del Apocalipsis, en la superficie. Parece que han sido capaces de preservar el estilo de vida de sus ancestros. Cortan el césped, sacan a sus perros a pasear, mantienen su casa y van a comprar a las tiendas abandonadas de la Zona.
Al igual que las familias en la Edad Antigua, celebran la Navidad y se van de vacaciones en su caravana. Por la noche, la Familia, como prefieren llamarse a sí mismos los habitantes de la casa, se reúne en la mesa de la cocina para jugar a juegos de mesa y escuchar viejos discos chirriantes que reproducen en un tocadiscos de cuerda.
Sin embargo, esta idílica apariencia es engañosa. La gente de la casa es cualquier cosa menos pacífica. La vida en la Zona los ha convertido en unos caníbales raros y brutales. La Familia está liderada por un matrimonio de unos 60 años, Mamita Querida Sveah y Papito Querido Ragnar, que también son medio hermanos. Debajo de ellos, en la estricta jerarquía familiar, están los siete Niños, de entre 15 y 45 años de edad. Algunos de ellos son hijos verdaderos
de Sveah y Ragnar, otros son hermanos o medio hermanos de sus «padres». Ragnar también tiene hijos con sus dos hijas. Nadie de la familia considera que esto sea extraño.
Los visitantes pronto se dan cuenta de que no todo es lo que parece. El ambiente de la casa es muy tenso e incluso sobreafectivo de una manera histérica. Sveah y Ragnar de repente actúan con hostilidad hacia los Niños. Un invitado atento también podría darse cuenta de un detalle macabro: un gran tarro de la cocina contiene cientos de dientes humanos, dientes de invitados y gente de paso que la Familia se ha comido a lo largo de los años; un hábito al que no pretenden renunciar. En unos pocos lugares de la Zona han construido trampas avanzadas diseñadas para atrapar a nuevas y suculentas víctimas.
