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La visión tuerta de nuestro universo dice que uno no debe mirar muy lejos para encontrar problemas. Puede que esos problemas no lleguen nunca. Sin embargo, debemos vigilar al lobo que hay dentro de nuestras tierras. Las jaurías apostadas en el exterior puede que no existan siquiera".
— El Libro de Azhar; Shamra I:4
Arrakis.
Dune.
El planeta desierto.
Un remoto mundo situado lejos de la corte imperial de Kaitain y de las poderosas Casas del Landsraad.
Un lugar seco y desolado, un desierto vasto e inhóspito donde el único lugar apropiado para levantar una ciudad es cerca de su polo ártico.
Nadie viaja a Arrakis por capricho.
Para algunos, un puesto aquí es un castigo, un destierro lejos de la belleza y el confort de la corte de su Casa. Otros van a trabajar, sabiendo que siempre hacen falta espaldas fuertes y manos firmes en la despiadada y brutal industria local. Incluso los Fremen, los habitantes más famosos del planeta, son descendientes de una comunidad que se estrelló accidentalmente en la superficie del planeta y que no encontró la manera de escapar.
Pero hay algo que hace que Arrakis sea más importante que cualquier otro planeta del universo.
Una sustancia que solo se encuentra aquí y nadie ha conseguido sintetizar. Una sustancia que alarga la vida de quienes la toman. Una sustancia que controla el destino de las Casas y del mismo Imperio. La especia melange. Aunque la mayoría se resiste a admitirlo, el destino del Imperio depende de la especia. La Bene Gesserit la necesita para practicar su trance de la verdad. La Cofradía Espacial la necesita en grandes cantidades para plegar el espacio y pilotar sus naves de forma segura.
Pero su poder va más allá de los engranajes y orden del Imperio. La especia alarga la vida. Su consumo regular puede llegar a duplicar la esperanza de vida. Incluso una pequeña cantidad ocasional puede sumar años de vida. Todo el mundo quiere y necesita especia, pero Arrakis nunca puede proporcionar la suficiente para satisfacer el hambre de los miles de planetas del Imperio.
La especia debe fluir. De lo contrario, el Imperio podría derrumbarse por el peso de una población desesperada. Cuando la importancia de la especia se hizo evidente, el Landsraad decidió que era una mercancía demasiado poderosa para permitir que el emperador la controlara por completo. Así que se decidió que una sola Casa tuviera el gobierno del planeta y asumiera la misión de proporcionar tanta especia para el Imperio como fuera posible.
A la Casa Imperial Corrino se le prohibió administrar el planeta por sí misma, pero conservaron el derecho a decidir, con el visto bueno del Landsraad, quién lo haría. Varias Casas han hecho su fortuna en Arrakis, pero para otras supuso su ruina. En los últimos siglos de la era del Imperio, la Casa Richesse perdió el control del planeta en favor de la Casa Harkonnen, sus actuales ocupantes. La pérdida de Arrakis sumió a los Richesse en una espiral de decadencia de la que nunca lograron recuperarse.
En la era actual de Dune: Aventuras en el Imperio, la Casa Atreides está a punto de tomar el control de Arrakis, lo que provocará una serie de eventos que sacudirán el Imperio y el Trono del León Dorado.
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