Un nuevo mundo para el juego de rol de aventuras 7ºMar

Bienvenido a Aztlán, una región de aventuras extraordinarias y un lugar donde los dioses se mezclan con los mortales para ampliar el universo del juego de rol de aventuras 7ºMar

La gente de esta región recuerda tiempos pasados, cuando los dioses antiguos caminaban sobre la tierra y las máquinas antiguas todavía funcionaban. Quienes los antecedieron vivían como uno, en el Imperio de Aztlán. Se refieren a un evento llamado «la Caída», cuando las personas que vinieron antes que ellos perdieron el favor de los dioses y fueron destruidos, siendo sus propios antepasados los únicos supervivientes.

Cada una de las naciones que surgieron de ese evento tiene su propia historia de lo que sucedió después, pero hay una sola verdad innegable: Tras la Caída, la tierra cambió y ahora está en constante cambio. Algunos buscan reunificar a los pueblos de Aztlán, aunque el cómo lograr tal cosa sigue siendo un tema de controversia, ya que cada nueva nación ha desarrollado una cultura única y propia.

La vida junto a los dioses

Entre los aztlanos están sus dioses, que les otorgan magia y bendiciones a cambio de su adoración. Estos dioses están plenamente presentes en sus vidas, con formas físicas, personalidades y temperamentos propios. Algunos dioses están más involucrados en la vida de las personas que otros, pero cada aztlano ha visto al menos un dios en su vida, si no más. Los dioses a menudo seleccionan héroes para misiones y, en lugares como Kuraq, los dioses pueden incluso necesitar héroes que los salven. La relación que los aztlanos tienen con sus dioses significa que uno o varios dioses podrían tomar un papel principal y central en una historia ambientada en Aztlán.

Si bien los dioses pueden trabajar con los héroes e incluso bendecirlos, no siempre son útiles. Un dios con motivaciones ocultas podría terminar convirtiéndose en un antagonista involuntario mientras procura trabajar en sus propios objetivos. Los dioses no son héroes ni villanos. Pueden ayudar u obstaculizar a los héroes o villanos en sus propias acciones, pero los dioses están más allá de esa clasificación. En general, los dioses trabajan por el bien de su pueblo y los héroes a menudo obtienen su favor.

La excepción a esta regla son los dioses antiguos. Ellos ya no caminan sobre la tierra, pues fueron sellados hace mucho tiempo. A estos seres violentos y sangrientos nada les gustaría más que subyugar a la gente de Aztlán y obligarlos a adorarlos por medio de la sangre, como en los tiempos antiguos.

El mundo cambiante

El hecho de que el mundo cambia es una verdad aceptada en Aztlán. La gente se ha labrado focos de civilización y estabilidad en parajes inhóspitos. En el norte, los caminos atraviesan el profundo desierto hacia densas selvas costeras como los únicos pasos seguros. Justo al sur de estos desiertos se encuentran selvas casi intransitables que se niegan a adaptarse a cualquier intento de cartografía. Aún más al sur se encuentran las cordilleras boscosas y una jungla tan densa que pocos la atraviesan. La gente vive en las montañas y las considera los únicos entornos seguros en la región.

Influencias externas

El pueblo aztlano ha estado en contacto con théanos desde hace poco más de un siglo. Durante ese tiempo han aprendido algunas cosas los unos de los otros. Los viajes entre continentes son relativamente frecuentes y la gente viaja hacia y desde ambos lugares. Pueden encontrarse théanos en pequeños grupos por todo Aztlán. Por lo general, se trata de personas que han decidido vivir entre los aztlanos y pocas ciudades albergan algo parecido a un distrito de théanos.

Cuando los théanos llegaron por primera vez a Aztlán no causaron una buena impresión y ahora cualquier grupo grande de théanos resulta sospechoso. En cambio, en Théah, el Barrio de las Flores en la ciudad de Odiseo, en Castilla, alberga el mayor número de inmigrantes aztlanos.

Ambos continentes se han influenciado el uno al otro hasta cierto punto y puedes encontrar fácilmente alimentos y diseños de ingeniería aztlana en Théah, y pistolas y armas théanas por todo Aztlán. La influencia de Théah ha significado un aumento en los viajes por barco de los aztlanos, pues estos jamás le habían dado especial importancia a esa hazaña de ingeniería.

Así como los pueblos de Aztlán no son iguales, tampoco lo son sus reacciones a la presencia de théanos. Algunos pretenden usar a los théanos en sus propias estratagemas, mientras que otros les tienen un respeto cauteloso y buscan aprender de ellos. Otros los ven como intrusos en el mejor de los casos y enemigos en el peor. La mayoría de los aztlanos son personas tolerantes que disfrutan aprender y descubrir y, por lo tanto, las interacciones con théanos les resultan emocionantes y productivas. Para los aztlanos, los théanos son exóticos y extraños, y no se puede confiar en ellos plenamente, pero vale la pena aprender de ellos, incluso si sus impresiones sobre los dioses son ingenuas y equivocadas.

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¡Únete al pueblo aztlano en su lucha por unificarse en un momento de cambio!

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26/04/2022 Nosolorol Ediciones https://www.nosolorol.com/img/nosolorol-ediciones-logo-14727449041.jpg https://www.nosolorol.com/
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