La Bene Gesserit ocupa un lugar extraño en el Imperio. Como orden que es, a menudo genera desconfianza debido a sus costumbres secretas y sus habilidades de manipulación sobre los que la rodean. Sin embargo, esto no supone un freno para que cada Casa cuente con sus servicios y habilidades, y tome a las Hermanas como concubinas o incluso esposas. En general, la orden se considera neutral respecto a la política imperial, una posición que se esfuerza por mantener.
El entrenamiento que la Bene Gesserit proporciona a las mujeres las dota de un avanzado control corporal y dotes de observación, garantizando una maestría sobre la musculatura, los reflejos e incluso los sistemas autónomos del cuerpo. Esta profunda comprensión también les permite estar alerta sobre las sutiles pistas que ofrecen los demás a través de su lenguaje corporal, los pequeños tics y reacciones reflejas que pueden revelar falsedad o engaño. Esta habilidad para ver y conocer más que nadie es una de las razones por las que muchas personas se refieren a ellas como «brujas».
Los personajes Bene Gesserit pueden ser excepcionalmente variados. Aunque algunas mujeres que se unen a las Hermanas permanecen recluidas, la orden prefiere hacer uso de sus agentes en el Imperio en cuanto es posible. Ellas proveen a la nobleza de concubinas y Decidoras de la Verdad para la Corte Imperial, y envían a sus hermanas a lo largo y ancho del Imperio en espera de que puedan ser útiles en algún momento. Una vez la mujer es entrenada, hay varios roles distintos que puede adoptar. A pesar de la reputación de la Hermandad, esas habilidades están muy demandadas.
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Algunos ejemplos de personajes jugadores potenciales Bene Gesserit son:
Aristócrata
Muchas aristócratas, como la princesa Irulan, estudian las técnicas Bene Gesserit como una forma de «finalizar su formación» antes de asumir los nobles deberes que le esperan cuando sean adultas. La nobleza cree que está robando los secretos de la orden, pero muchas aristócratas son adoctrinadas directamente por la Hermandad como parte de su entrenamiento. Ellas pueden ser excepcionalmente leales a la Bene Gesserit, incluso más que a su propia Casa, y dedicarse tanto a la orden como lo haría cualquier otra hermana. Así es como la Bene Gesserit coloca a sus agentes en los niveles más elevados de la sociedad. Estos personajes no serán tan hábiles en las técnicas propias de la orden como sus hermanas, pues deben aprender las habilidades que se esperan de ellas como miembros de la nobleza, pero precisamente esa combinación de habilidades las convierten en unas políticas y agentes excepcionales.
Concubina
El rol más común para una hermana fuera de la orden es el de ser asignada a un noble como concubina. Mientras muchas simplemente esperan actuar como acompañantes, si llega a convertirse en «concubina atada», su descendencia será situada en la línea de sucesión de su Casa. Las habilidades Bene Gesserit para determinar qué es lo que la gente busca o necesita, junto a su excepcional control físico, las convierten en amantes muy cualificadas. Esto también hace de ellas unas excelentes espías, capaces de persuadir a sus amantes durante las conversaciones de alcoba. No debería resultar una sorpresa que muchas de las que acceden a un hogar como simples concubinas se conviertan pronto en damas no oficiales (u oficiales, incluso) de la Casa.
Guardaespaldas
Hay quien olvida que el control físico convierte a las Bene Gesserit en luchadoras letales, y que la Hermandad no escatima en entrenamientos de combate. Esto convierte a una agente Bene Gesserit en una excelente guardaespaldas encubierta (o incluso reconocida). Actuando como sirvienta o doncella, podría mantener la apariencia habitual de su cargo, sin parecer amenazadora, hasta que los asesinos enemigos hagan su movimiento. Esto le permite quedarse en primera línea, incluso cuando otros guardaespaldas podrían verse obligados a esperar en otro lugar. Por supuesto, las habilidades que la convierten en una buena guardaespaldas podrían usarse tanto para el ataque como para la defensa, convirtiendo a una de estas agentes en una asesina letal. Sin embargo, la Hermandad tiende a desaprobar el uso de sus agentes de esta manera, a menos que responda a su propia agenda de intereses.
Asesora / Maestra
Las Casas valoran la sabiduría de la Hermandad y la consideran (hasta cierto punto) neutral. Esto les da una perspectiva supuestamente imparcial como asesoras o como profesoras, lo cual resulta muy apreciado. La mayoría de las Bene Gesserit enseñan a sus hijas lo que saben de forma natural, aunque no a sus hijos. No es imposible que los hombres adquieran una formación Bene Gesserit, pero es algo excepcionalmente raro. Es precisamente el velo de secretos de la orden lo que impide que los hombres aprendan sus habilidades. Jessica le enseñó a su hijo Paul y a su potencial nieto Farad'n muchos de los secretos de la orden, pero esto supuso que su honestidad fuera puesta en entredicho. Pocas hermanas podrían permitirse algo así sin que ellas y sus estudiantes sufrieran un severo castigo.
Espía
Las Bene Gesserit han trabajado durante siglos para ubicar a sus agentes por todo el Imperio, en cortes nobles, comunidades tribales lejanas e incluso entre otras facciones donde han sido capaces de hacerlo. Su red de información es amplia y está formada por muchas agentes encubiertas que escuchan e informan desde posiciones discretas por todo el Imperio. Algunas incluso llevan las cosas un paso más allá y manipulan silenciosamente las intenciones de otros para que se adapten a la agenda de la Hermandad.
Basado en el artículo original «Factions: The Bene Gesserit», de Andrew Peregrine.
