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En la época de Villa y Corte, el término «monstruo» se usa tanto de forma positiva (maravilla de la naturaleza), como negativa (un ser que provoca espanto y terror), aunque siempre se refiere a criaturas que se encuentran más allá de las sucias calles de las ciudades, de los polvorientos caminos de posta y de los acogedores hogares de los pueblos, allí donde todavía habitan las leyendas.
En Villa y Corte encontrarás descripciones y estadísticas de juego de numerosas criaturas surgidas de la imaginación humana y divina, seres como duendes, hadas, espíritus, ánimas, animales legendarios y, como no, demonios y más demonios que los personajes pueden encontrar durante las comedias que protagonizarán.
Cabe recordar siempre que las criaturas y seres irracionales que se describen en Villa y Corte no son la norma, sino una excepción. Una rarísima excepción. Los viajeros no se encuentran bandas de seres irracionales vagando por los caminos, ni los cementerios están plagados de muertos saliendo de sus tumbas, ni todas las casas encantadas están habitadas por un fantasma. Aunque haberlos, haylos, como ahora mismo daremos cuenta con las siguientes listas:
Ángeles: Arcángeles (Miguel, Gabriel, Rafael, Seatiel, Jehudiel, Baraquiel, Uriel), ángeles custodios y sus diferentes jerarquías.
Demonios: El Triunvirato de Satanás, Belcebú y Astarot, los Príncipes del Infierno (Asmodeo, Azazel, Belial, Leviatán, Mammón, Moloch), demonios menores (Abadón, Agares, Aqueronte, Bael, Balam, Barrademonio, Belfegor, Berith, Cienllamas, Dagón, Domingos, Eligos, Gayferos, Gomory, Múlciber, Pursan, Renfás, Samael, Stolas, Zancadilla, Zepar), demonios elementales (acuáticos, aéreos, íncubos y súcubos, leliuros, lucífugos, subterráneos) y otros demonios (del abismo, de ejercicio).
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Y dentro del bestiario, encontramos:
Animales fantásticos: Anfisbena, Áspid, Ave Fénix, Barnacla, Basilisco, Can Negro, Catoblepas, Corrupia, Físeter, Salamandra y Sierpe.
Criaturas únicas: Barbatos, el Conde Luque, Juan Pasquín, el Judío Errante, Maladros, Pedro de Urdemalas, Peje Nicolao, La Porra, Serrana de la Vera y Vilhán.
Espíritus y Ánimas: Ánima Errante, Aparecido, Convidado de Piedra, Dama Blanca, Descabezados, Energúmeno, Fatuo, Lemur, Mora Encantada, Muerto, Pesadilla y Phantasma.
Hadas y Duendes: Carantoña, Chápiro Verde, Duendes, Hada, Iditxa, Mandrágora, Ninfas, Sátiros y Terrenos.
Pueblos y Razas: Acéfalos, Agotes, Batuecos, Cinocéfalos, Maragatos, Mariños y Pasiegos.
Otras criaturas: Androide, Cabeza Parlante, Cambión, Esmolets, Gafos, Gallarda, Gigante, Gul, Harpías, Lamia y Lycantropos.
Además, se reserva espacio para los animales que, sin ser monstruos, son bestias que pueden causar más de un problema durante las comedias, tales como el asno, el ave rapaz, el búho, el carnero, el caballo, el cerdo, el ciervo, el jabalí, el lobo, el oso y el toro (entre otras variantes).
Y no podemos dejar de mencionar que, tal vez, el peor de los monstruos que los personajes podrán encontrarse durante las comedias de Villa y Corte habita entre el rencor, la envidia, la maldad, la locura, el terror y la abominación que mora en el corazón de los hombres.
No van a faltar excusas para bucear entre las leyendas del Siglo de Oro, ¿verdad?
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