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Bienvenido una vez más al mundo apocalíptico de Malefic Time. En esta ocasión tu camino te conducirá más allá del océano Pacífico, lejos de América, para desembarcar en otra de las grandes urbes de la Tierra: Tokio.
Imagina que te encuentras en la azotea de la torre más alta del planeta. El cielo se extiende ante ti al alcance de tus dedos y la brisa corre fría debido a la altura. Abajo, tu vista lo abarca todo hasta llegar al horizonte. Intenta dibujar un mar de edificios a tus pies, tan minúsculos que no diferencias las calles entre ellos. Millones de personas corretean en su frenética rutina; jamás se conoció población más numerosa.
Desde tu privilegiada atalaya ves la variedad en la forma de los edificios, la vestimenta, la comida, los sonidos y las luces. Tradición y modernidad se unen; rituales milenarios a las puertas de grandes industrias de maquinaria inimaginable. Personas tan diferentes conviven complementándose en un conjunto sublime capaz de conquistar el panorama internacional y, aun así, conservar su identidad.
La curiosidad te corroe, obligándote a saltar y sumergirte en el bullicio de las calles. Sientes que, aunque fuese de noche, podrías distinguir todos los detalles e incluso confundirte en la abrumadora luminosidad de tu alrededor. Los anuncios de las multinacionales se disputan los apretados huecos de las fachadas, mientras el suelo apenas se distingue entre la multitud de pies. La electrónica inunda el interior de los edificios. Un poco más adelante, un millón de colores estalla ante tus ojos: gente estrafalaria y armonía jovial. Tu andadura te guía por avenidas cubiertas de deliciosos olores, navegando sobre el mullido césped de los parques, atravesando la llanura a gran velocidad.
El sol calienta tu rostro y, al rato, la nieve cubre tus pies. La hermosura de esta urbe te hipnotiza. No creíste jamás poder disfrutar de algo así. Tokio bien podría ser la capital del planeta. Pero todo imperio termina cayendo.
Tokio es una ciudad silenciosa, un lugar hermético donde cada distrito, cada barrio, trata de aislarse de los demás, como si sus habitantes quisieran ignorar la incesante actividad de los demás. Tokio es, además, un nuevo paso en el camino del Plenilunio; uno lleno de enemigos dispuestos a todo.
Tokio 2038 es un suplemento para Malefic Time: Plenilunio en el que se hace un recorrido por esta ciudad ancestral donde tiene lugar una nueva batalla entre solares y lunares.