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Mientras juegas a Sombras Urbanas quizá sientas la tentación de planear adónde quieres que vayan los acontecimientos, de conducir la historia y la narrativa en una dirección que consideres interesante, divertida o satisfactoria. Pero la verdad es que la historia no es tuya. Ni siquiera de tu grupo.
La historia es de la ciudad.
La historia que cuenta el grupo es vuestra, por supuesto, pero no está bajo vuestro control. No puedes planear cuál va a ser la siguiente escena dramática ni inventar un arco argumental para tu personaje. Las mecánicas del juego te van llevando de un conflicto a otro, de una situación complicada a una elección difícil, y solo puedes ver la historia por el espejo retrovisor. El camino por recorrer siempre es oscuro y misterioso y está lleno de potencial.
Jugar a Sombras Urbanas requiere disciplina y un compromiso con el momento presente, en vez de con los próximos diez momentos que deseas. En el instante en el que sabes adónde van a ir a parar las cosas sientes que la historia está muerta. Confía en que vais en una dirección interesante. Juega para descubrir lo que pasa. La mayor parte de la diversión son las sorpresas.
Al mismo tiempo, no dejes que la realidad de la ciudad te restrinja. Sombras Urbanas es un mundo lleno de monstruos no muertos y tratos sobrenaturales, un oscuro reflejo del mundo real con una política que trasciende los negocios humanos. Quizá el Chicago real esté atravesando unas polémicas elecciones, pero tu versión de Chicago puede tener un alcalde vampiro que, sospechosamente, lleve cuarenta años gobernando la ciudad. Y si hay algo que no sepas sobre la ciudad que estás usando, invéntatelo. Es tu ciudad. No dejes que nadie te diga cómo tiene que funcionar. Al fin y al cabo, tú conoces la verdad. La verdad que hay detrás de todas las mentiras. Las criaturas sobrenaturales que mueven los hilos, ocultas en la oscuridad. Los sacrificios que hacen quienes desean mantener la paz. Los cuerpos que no se pueden quedar en sus putas tumbas, ni siquiera cuando los maldices, los sellas y los destierras a otra dimensión.