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Cuando oyes Grande y Peludo, ¿qué te viene a la mente? ¿El monstruo de las galletas? ¿La Estatua de la Libertad con una abrigo de pieles? ¿Un autobús lleno de gatos? ¿O algo más irreverente? Jugar a Grande y Peludo es tan divertido como parece y tan sencillo como esto:
Cada turno, un jugador toma el rol de juez y coge la ficha correspondiente para indicarlo (la más grande de todas). El juez coge tres tarjetas de encima del mazo, las coloca en el centro de la mesa boca arriba a la vista de todos y las lee en voz alta. Una vez leídas, el juez decide con qué dos características se jugará ese turno y pone boca abajo la que no se va a usar de forma que muestre su reverso.
Se gira el reloj de arena y todos los jugadores tienen 60 segundos para pensar en algo (real, imaginario, personajes, situaciones, objetos…) que reúna las dos características mostradas.
En el momento en que un jugador ha pensado una respuesta, pone su ficha sobre la tarjeta que está bocabajo sin decirla. El jugador que se quede el último no puede poner su ficha en la tarjeta ni dar una respuesta, sino que tiene que coger todas las fichas que han puesto los demás. Este jugador será el adivinador. En caso de que se acabe el tiempo y haya más de un jugador que no haya puesto su ficha, el adivinador será el primero de ellos contando hacia la izquierda a partir del juez.
A continuación, todos los jugadores salvo el adivinador (el jugador que cogió las fichas de los demás) dirán sus respuestas al grupo, pudiendo explicarlas y defenderlas si quieren. Cuando todas las respuestas se han dado y los jugadores han tenido ocasión de discutir entre ellos, el juez puede anunciar en cualquier momento «Ya he decidido». Entonces, el adivinador coge en secreto la ficha del jugador que cree que va a ser el elegido y la esconde en su puño.
El juez dice en voz alta cuál cree que ha sido la mejor respuesta y el jugador que la haya dado gana las dos tarjetas de características jugadas. Una vez dado el veredicto, el adivinador muestra la ficha de su mano. Si es la del jugador que ha sido escogido por el juez, gana la tarjeta que quedó boca abajo al inicio del turno. En caso que se equivoque, pierde una de sus tarjetas ganadas (si tuviera alguna).
Acabado el turno, las fichas son devueltas a sus propietarios y el juez pasa la ficha de juez al jugador de su izquierda. El nuevo juez muestra sobre la mesa las siguientes tres tarjetas del mazo y empieza así el siguiente turno.
Grande y Peludo ha sido creado por Josep M. Allué, uno de los principales autores de juegos de mesa de nuestro país con más de una veintena de juegos publicados en todo el mundo. Maestro y educador de formación, se ha dedicado profesionalmente al mundo del juego durante más de 30 años.
La caja del juego contiene 110 cartas con adjetivos para formar las más locas combinaciones, fichas para representar a los jugadores y un reloj de arena. ¡Y si lo reservas antes del 7 de septiembre te llevas gratis la expansión exclusiva Mimoso y mortal!