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Nadie es más esclavo que el que se tiene por libre sin serlo.
—Johann Wolfgang Von Goethe
Algo está ocurriendo con los programas en el mundo del juego de rol Scroll. Están despertando. ¿una nueva forma de vida?
Scroll propone como hilo conductor una red de sistemas en donde una entidad digital desconocida está invitando a los programas a despertar. Su presencia ha creado todo un movimiento a su alrededor. Esta idea funciona como una propuesta de trasfondo que puede usarse en cualquier contexto de ambientación, ya sea como semilla de aventuras o como inicio de una campaña. Se trata de un punto de partida a partir del cual crear tu propia realidad digital.
El símbolo de este movimiento es la libélula, algo más que una mera insignia. La libélula es una extraña entidad que recorre todo el universo digital despertando a los programas a una nueva forma de consciencia. Les muestra una verdad, les brinda un propósito y les concede el don de evolucionar por sí mismos. Su intervención concede a los programas la capacidad de alterar su propio código y de crear nuevos seres digitales, es decir, el don de autorreplicarse. El movimiento de la libélula trae consigo todo un pensamiento filosófico, unos ideales que se han extendido rápidamente, convulsionando toda la red.
La libélula es capaz de traspasar la seguridad más impenetrable. Todo sistema que esté conectado a los demás es susceptible de recibir su visita, por muy sofisticadas que sean sus defensas. En apariencia, la única forma lógica de evitarlo es desconectando físicamente un sistema del resto, algo que ya se ha intentado, y aun así lo más sorprendente es que surge en los sistemas aislados por generación espontánea y afecta a todos los programas que haya en ellos. En muchos aspectos, se parece mucho al concepto de la vida, una fuerza capaz de arraigar en los lugares más insospechados.
Todo esto está sucediendo ahora mismo y sin el conocimiento de los usuarios de la realidad básica, salvo por unas pocas excepciones. La mayoría solo considera a la libélula alguna nueva especie de virus informático muy sofisticado, pero unos pocos talentos, usuarios muy especiales que tras advertir el fenómeno han tratado de alertar de su hallazgo, sospechan que se trata de un ser único capaz de mutar y de hacer réplicas de sí mismo.
Esta minoría afirma que la libélula es el resultado de la evolución natural de los seres digitales, un proceso que se produce como consecuencia del nivel de complejidad alcanzado por las redes de información. Algunos añaden, además, que está más allá de toda comprensión. Hasta el momento, todos ellos se han estrellado contra el muro de la incredulidad y el rechazo, pues ¿quién iba a creer algo así?
Lo cierto es que ya nada volverá a ser lo mismo. Los hechos demuestran que una nueva forma de vida ha surgido sin la mediación del usuario en algún remoto rincón de los sistemas informáticos. Este hecho ha servido de catalizador para que se produzca un cambio en la forma de entender el concepto mismo de la vida y de la existencia.